Revista Clío N° 4 - 1934

REVISTA CLIO OCTUBRE DE 1934 Publicación bimestral de] Centro de Estudiantes de Historia y Geografía del Instituto Peda~ógico Ausentismo El ausentismo divide a la personalidad del campesino, a ese ser que es uno con la tierra, con la cascada, con él pehuén mecido por el viento, i;n.dos entes, en dos cosmos; el sabor de la tierrúca. el ánima que queda prendida en las·zarzas de la pit·ebla,y el cuerpo, l(J.s carnes que vagan sin un {)rden totali– tario por las calles de las ciudades, por .un mundo incomprendido, pleno de sensaciones que se resbalan en su ser, sin añadirse nada, sino muy por el contrario lo hacen sentirse solo, muy solo, con u·n cuerpo como risco perdido en et desierto, ante dos caminos, el perderse en la nada, en la masa confusa de la ciudad, en la negación de sí mismo, o volver a. su mundo e,-¡ busca de su es- píritu, de su vida· que. sepultó. , América también !za dividido el cosmos totalitario de .su vida: su espíritu que ha quedado engarzado en la óbscuridad de la negación, del renunciamiento, y sus carnes perdidas en el mundo multicolor europeo viviendo con un espí– ritu desconocido, con un destino que marcha a la deriva, sin sentido de pue– blo y por lo tanto,.sin esperanzas propias,. sino que en los ideales,en los pro– gramas del espíritu caduco del viejo mundo, que ha tomado por su propio es– píritu y que no engarza, por lo tanto, con.su alma nueva que pugna por reali– zarse de acuerdo con e( .sentido de su propio ser. Marchamos insatisfechos, pe– nando en un mundo desconocido, hartos del cascabeleo ·multicolor europeo. Entre los dos caminos que nos está señalado, el ser y la nada, preferimos el orden totalitd.rio de nuestra propia personalidad, porque sentimos sed de la vertiente de nuestra propia tierra, el hambre de mirar en la· noche infinita de nuestro destino, sin perplejidad, sin cobardía, sin desidia,como lo han hecho las generaciones pasadas, las juventudes que en el snobismo de su romanti– cismo s6lo han mirado la luna de las personalidades de otros mundos . , , y en ellos se quedaron. Censuramos a esta actitud.infantil, contradictoria y vergonzosa: Sintie– ron el complejo d~ la totalÍdad de los pr.oblemas, pero por desidig. no fueron ni han querido encontrar su solución en . lo profundo de su. enmaderamiento, de las causas de su desarrollo, sino que su incapacidad los hizo ir en búsqueda de f órmula·s extrañas, correspondientes a problemas de·otros mundos, de otras realidades. Su simpleza los ha llevado a creer en la fórmula del charlatán– que sirve de solución a todos los males,-y por ende a lo absiirdo · de t~ner de antemano la solución de problemas desconocidos, mandó lo razonable es sa– ber el mal y en seguida ver· c6mo · poderlo resolver. Según estos señores s6lo

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