Nuestra Historia N° 1 - 2006

· · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·l._~_P_RE~ SE_N_T_A_C_IO_-_N_. Nuestra I-Iistoria. Revista de e.r/1td/1mte.r de !tistor/a de la Universzdad de Chzle surge como un espacio de los es tudiantes de historia de la Universid ad de Chil e, destinado a generar una discusión que logre romper con la rigidez y estancamiento del debate act ual. El valor de es te espacio - materializado ini cialmente en las Primeras Jornadas de Historia Social, en el 2004<, y que continuó al año siguiente, en las Segunda s Jorn adas- radica en la generación y legitimación de un a instancia académica, que surge por iniciativa de los propios est udiantes; asimismo, debemos apreciar la gran acogida y participación es tudiantil a ni vel nacional, así como el activo y decidido apoyo que encontró en importantes acadé– micos. Se generó así la necesidad de proyectar tal experiencia, por lo que Nuestra Historia se plantea como una de las rutas de socialización de las actividades realizadas, y que al ser un espacio de discusión y debate, es tá en permanente construcción. La escasez de diálogo y debate en todos los niveles de nuestra formación y en la academia en general, es el gran problema que rev iste a la historia chilena po r estos días. Muchas veces vemos cómo cada tendencia historiog ráfica cree ser la poseedor a de una 'verdad' indiscutible y única, aspecto que determina un ensimismamien– to cognitivo que sólo viene a agudi za r el estancamiento de la disciplina, y también cómo estos esquemas se r eprod u– cen en nuestras propias clases o en los semin arios y congresos a los que se asiste cada año. Creemos en la neces id ad de construir un conocimiento colectivo de la historia, es dec ir, que éste se genere desde la constante discusión y crítica. Cons ideramos que junto a lo que puedan entrega r nuestros profesores y aq uell as instancias académicas más formales, como seminarios y congresos; las conve rsaciones cotidi anas con res pecto a las problemáticas y desa– rrollo de las investigaciones actu ales, nos permite construir nuestras propias visiones sobre la historia y la labor del investigador, esto a través del tan necesa rio debate y la cierta idea de sentirnos partícipe en la construcción perma– nente de nuestra disciplin a. Y en la med ida que ese diálogo siga desarrollándose, nos seguiremos formando y recons– truyendo. Si bien existen notables diferencias entre quienes colabo ran en esta r evista, tanto en aspectos teó ri cos como prácticos del desarroll o el e la inves tigación histór ica; es te hecho no es consid erado un impedimento para gene– rar es pacios ele convergencia, sino un elemento que enriquece el intercambio y la creación intelectual, ya que permite generar visiones más amplias frente a nuestra disciplina. Por lo mismo, uno de los elementos que nos motiva y reúne, es la intención de potenciar el desarrollo del trabajo en conjunto. Es por eso que Nuestra I--íistoria se plantea como un espacio para desarrollar el debate académico, un lugar donde los es tudiantes puedan plantea r sus cuest ionamientos, reflexiones y propuestas; siemp re dentro de las definiciones que tiene un espacio en constante autoconstrucción.

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